Mientras curioseaba el otro día en la tienda de Paradox Interactive descubrí que habían implementado un modelo de suscripción para varios de sus juegos. Paradox es una empresa mediana que es conocida dentro de la industria por sus juegos de estrategia y gestión de recursos, los cuales actualizan constantemente con contenido descargable adicional (DLC). Si bien el precio base de sus títulos no es tan alto como el de las grandes compañías, la acumulación de DLC y expansiones puede convertirse en un obstáculo para quien quiera jugarlo, especialmente si lo está probando por primera vez.
Ahora, por menos de diez euros se puede disfrutar por un mes de un contenido cuya suma total supere los 130 euros. Y es que los modelos de suscripción cada vez son más populares entre las compañías de videojuegos.
En el año 2017, cuando Microsoft lanzó al mercado su Xbox Game Pass, se marcó un punto de inflexión en este sector. Hoy en día todas las grandes compañías o incluso las no tan grandes, ofrecen algún tipo de servicio de suscripción. Este modelo de negocio permite al usuario acceder a un catálogo de juegos exclusivo mediante el pago de una cuota mensual o anual.
Por supuesto, las compañías también se benefician de facturar mensualmente para amortizar sus productos. Otra ventaja es que al ofrecer servicio tienen la posibilidad de captar un público más amplio, que ya no tiene que pagar sesenta o setenta euros por cada lanzamiento, pueda acceder a títulos que de otra forma no habría comprado.
«La suscripción mensual es una buena forma de acceder al contenido antes de hacer una compra definitiva»
Una de las principales críticas al modelo de suscripción es que crea dependencia, pues se debe seguir pagando para disfrutar del servicio. Cuando compras un producto es tuyo para siempre mientras que si lo alquilas a la larga acabarás pagando mucho mas de su valor original. Pero la realidad es que son pocos los títulos que una vez terminados tienen suficiente rejugabilidad para seguir dedicándoles tiempo en vez de pasar algo nuevo.
La suscripción mensual es también una buena forma de acceder al contenido antes de hacer una compra definitiva y no gastar el dinero en un título que decepcione al usuario. No hay nada peor para quienes son amantes de los videojuegos que gastar sesenta euros en un juego que acabe abandonado en la biblioteca. Es mucho más seguro y rentable pagar un mes, probar el juego y ver si te gusta, y si no es así al menos tienes la oportunidad de probar otros productos sin la sensación de que has desperdiciado tu dinero.
Lo cierto que es que a día de hoy el gamer promedio quiere pagar menos y recibir más. Y salvo que seas de los que utilizan un parche en el ojo, pagar diez euros al mes es la mejor forma de sacar el máximo partido a tu inversión en el mundo de los videojuegos.