Candela Díaz, vicerrectora de Sostenibilidad e Infraestructuras de la Universidad de La Laguna, ha impulsado la puesta en marcha de una Oficina Verde en la Institución. La propuesta consiste en la activación de las composteras que hay en los campus y el posterior aprovechamiento del compost en las distintas facultades y escuelas, así como la gestión de proyectos relativos a la concienciación y preservación medioambiental.
¿De dónde nace esta idea? «Términos como sostenibilidad, objetivos de desarrollo sostenible, gobernanza y voluntariado ambiental, economía verde y azul, concienciación y sensibilización ambiental han llegado para quedarse. Esta iniciativa nace de la necesidad de una herramienta centralizada y organizada para gestionar actividades relacionadas con estos conceptos».
Entonces, ¿de qué manera influirá la Oficina Verde en la Universidad? «Buscamos progresar en todas las acciones relacionadas con el medioambiente. Se llevan a cabo muchas actividades de este tipo: compostaje, voluntariado ambiental… Pero están dispersas sin un punto común de gestión. La meta de la Oficina Verde es centralizar y potenciar la actividad permitiendo al personal universitario acceder a formación que promueva cambios en sus estilos de vida y así contribuir a crear una universidad y una sociedad con sostenibilidad ambiental».
«El alumnado tiene un gran poder para sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de cuidar el medioambiente»
¿Puede integrarse el estudiantado en este proyecto? «Por supuesto. El propósito es involucrar a toda la comunidad universitaria. Hablamos de estudiantes, personal docente investigador, personal técnico de gestión, administración y servicio. Si bien todos desempeñan un papel importante, el alumnado tiene un gran poder para sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de cuidar el medioambiente. Puede hacerlo desde el momento en el que es consciente de la necesidad de cambiar los estilos de vida. Así, promover un uso responsable de los recursos naturales, reduciendo el consumo de energía, agua y generación de residuos».
¿Cree que existe iniciativa en la comunidad estudiantil o que quizás cueste calar en ella para que se sume al proyecto? «Estoy completamente convencida de que un gran porcentaje de personas están deseosas por participar. Hay conciencia de las emergencias climáticas, migratorias, energéticas, incluso hídrica, eso sí, a diversos niveles. Estos temas son de importancia máxima y el estudiantado tiene capacidad. Una vez que sean conscientes y sensibles estoy segura de su potencial, no solo para promover la sostenibilidad en la ULL, sino también a nivel insular y en toda la sociedad canaria. Estoy firmemente convencida de ello».
¿La actividad va dirigida a un tipo de grado en específico como el de ciencias ambientales? «Todos estamos bajo el mismo paraguas. Esto ha venido para quedarse. No es solamente sostenibilidad ambiental, también es sostenibilidad económica y social. Tenemos la responsabilidad de trabajar en actividades que aborden nuestras necesidades como sociedad. Tanto estudiantes como profesorado y personal técnico de administración y servicios de la ULL».