El director Magüi Mira sorprendió al público con su última producción dramática que presentó pasado viernes, 28 de junio, en la plaza Isla de la Madera de Santa Cruz de Tenerife. Se trató de un espectáculo que se estrenó el pasado, 3 de mayo, en el teatro Goya de Madrid y que se encuentra de gira por distintas provincias en España. Las siguientes funciones se podrán ver en el teatro Isabel La Católica de Granada, los días 5 y 7 de julio.
El Guimerá recibió un género muy poco visto en el formato teatral pero que sí es muy frecuente en la gran pantalla: la ciencia ficción. Adictos es una obra escrita por Daniel Dicenta Herrera y Juanma Gómez. Se trató de una temática que combinó la tecnología, el presente y un futuro sumido en el caos por una inteligencia artificial que se revelará contra el bien de la humanidad.
El telón se abrió a las 20.05 de la tarde para contemplar a la científica Estela Ardeson (Lola Herrera) bajo el foco de una luz azul. Sola y aterrada por la incertidumbre sobre un acontecimiento catastrófico y que puso la tensión psicológica de la gente al límite.. Una conversación de la actriz con Nova, una inteligencia artificial que ella diseñó para implantarla en todos los hogares del mundo se vio alterada por el sonido de los gritos de una serie de manifestaciones de fondo. La actriz desapareció y dejó al público intrigado tras lo ocurrido.
La inteligencia artificial se creó para eliminar a una parte de la humanidad
En en segundo escenario, la periodista Eva Langar realizó una entrevista a Soler sobre el estudio del comportamiento humano. Se trató de la psiquiatra del hospital en el que se encontraba internada la doctora Anderson. La investigadora trató de obtener la verdad sobre los objetivos reales del experimento de la inteligencia avanzada Nova 7 y los propósitos macabros de Innovation, la empresa que la financió.
El último acto y tras la presión de Langar, la doctora Soler confesó que la tecnología de inteligencia artificial se creó con la intención de eliminar a una parte de la población humana y no con los fines benéficos que le hicieron creer a la doctora Anderson sobre Nova 7.
La linealidad de la obra se perdió en su transcurso porque se apreciaron algunos saltos inconexos en el hilo conductor de la historia. Lo que causó dificultad en la transmisión de un mensaje al público.