El Instituto Universitario de Neurociencias de la Universidad de La Laguna (IUNE) estudia las incidencias del consumo de sustancias y el uso desmedido de las redes sociales en la salud mental del estudiantado. El objetivo de la investigación, liderada por las investigadoras Melany León Méndez y Rosario J. Marrero, es conseguir una muestra representativa de la comunidad universitaria para diseñar un programa que proteja su bienestar psicológico.
El debate social que abre el tema de estudio se basa en la comparación entre la adicción a internet y la adicción a las drogas y al alcohol. «Algunos autores y autoras han sugerido que el uso compulsivo o problemático de las redes sociales puede generar una dependencia similar a la que se produce en la adicción a sustancias con graves consecuencias psicológicas», alerta Melany León. El tema preocupa también al Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones, que ratifica el consumo amplio de cannabis, alcohol y un aumento significativo del uso de internet.
«Las personas con uso problemático de redes sociales y de sustancias coexisten con trastornos mentales como la depresión y la ansiedad»
Las adicciones comportamentales, trastornos de dependencia a actividades repetitivas que resultan placenteras, desafían la salud física, psicológica y social de la juventud. «Las personas con uso problemático de redes sociales y de sustancias coexisten con trastornos mentales como la depresión y la ansiedad, además de problemas de aislamiento e irritabilidad», según la investigadora. Por ello, destaca la necesidad de abordar las conductas de manera preventiva.
El análisis del IUNE también aboga por investigar el síndrome ‘Fear of Missing Out (FoMo)’ un término que se refiere al miedo de no estar al tanto de la información más actualizada en todo momento y que tiene como resultado pasar más tiempo en redes sociales. Este anhelo de estar siempre conectado se asocia con problemas físicos y psicológicos, por lo que es materia de estudio para el equipo científico de la ULL.
El estudio aún está en fase de recogida de datos, pero las investigadoras esperan tener resultados concretos a mediados de año. Tras un llamamiento masivo vía correo electrónico, el número de participantes en la evaluación psicológica ascendió a 200 personas. Cualquiera que desee contribuir puede hacerlo de forma anónima al rellenar la encuesta recogida en el siguiente enlace.