Pedro Dorta avisa de los peligros de la emergencia hídrica. Foto: J. Padrón.

«La disponibilidad de recursos hídricos será cada vez menor en Tenerife»

Medioambiente

Pedro Dorta es el director de la Cátedra de Reducción del Riesgo de Desastre de la ULL. Su objetivo es contribuir al desarrollo de comunidades capaces de reducir el riesgo y crear una sociedad fuerte frente a los desastres en el actual contexto de emergencia climática. Es una persona preocupada por la escasez de agua que hay en Tenerife, y que ha llevado a declarar la situación de emergencia hídrica en la Isla.

¿Cómo se ha llegado hasta esta punto? «Esta crisis se debe a que cada vez llueve bastante menos de lo normal, los inviernos son muy secos y la demanda de agua es cada vez mayor. El aumento de población junto a la presión demográfica y el incremento del turismo genera mayor necesidad de usar los recursos hídricos. El agua que se recoge es mucho inferior de la que en realidad necesita».

¿Considera que el sector más afectado por esta escasez hídrica es la agricultura? «Pienso que sí. Desgraciadamente el peso de la agricultura en Tenerife y en Canarias es cada vez más reducido, sobre todo en la de secano y de medianía, ya que ahí es dónde más se hace notar la escasez hídrica».

«Cuanto menos emisiones haya de gases de efecto invernadero, menor incidencia tendrá la sequía» 


¿La emisión de CO2 influye en que haya una mayor sequía? «La disponibilidad de recursos hídricos en Tenerife será menor cuando se produzcan menos emisiones. Si se consigue reducir la transmisión de gases de efecto invernadero, menor incidencia tendrá la sequía. El colapso en las autopistas es un magnífico ejemplo. No hay voluntad política para que nada cambie. Seguimos sin ningún tipo de cambio. La única solución que se proporciona es construir más carreteras y eso lleva a que habrán cada vez más coches. Por eso pienso que la mejor actuación es sancionar el uso del vehículo privado».

Los veranos más largos hacen que beneficie la llegada de turistas. ¿Piensa qué por eso no se le está dando tanta importancia a este desabastecimiento hídrico? «Esto es una cuestión económica. Los ingresos están en el turismo y no en la agricultura. Entonces si vienen más turistas, mejor y más dinero existirá para pagar la energía que necesitamos. Por eso, mientras podamos instalar agua no va a haber problema. Es decir, en Canarias no tenemos los problemas de desabastecimiento que algunos lugares de la Península sí tienen, ya que una parte muy importante del agua que se consume aquí procede el mar».

Las zonas verdes se reducen cada vez más por la sequía. Foto: Copernicus

Recientemente Copernicus sacó una imagen en la que se compara la diferencia de las zonas verdes del año 2023 con la actual. ¿Qué le supone ver este cambio? «Esta imagen representa el futuro, es decir, en los próximos años seguro que habrán periodos húmedos y otros más secos. Este último ha sido bastante seco y volveremos a tener años húmedos pero la tendencia general, según apuntan todos los modelos de cambio climático es que vayamos hacia la realidad que Copernicus muestra este año. La disponibilidad de recursos hídricos será cada vez menor en Canarias y en especial el área de Tenerife. Pero esto no solo está afectando aquí, sino también a Marruecos, la zona occidental de Andalucía y el sur de Portugal».

«La juventud no tiene conciencia de la gravedad de esta situación»


¿Qué medidas considera que se deberían llevar a cabo para evitar el mal uso del agua? «Yo entiendo que es un tema de concienciación y en especial es un asunto de no saturar el sistema. Quiero decir, lo que no podemos hacer desde mi punto de vista es continuar haciendo campañas de atracción turística y seguir compitiendo por obtener el mayor número de turistas posible a toda costa. Eso provoca que se agoten no solo los recursos hídricos sino todos los medios del archipiélago canario».

¿Falta conciencia en los jóvenes sobre el cambio climático? «Sí, tanto en jóvenes como con las personas mayores. Su percepción es prácticamente nula, porque la gente no sabe lo que tiene encima y no vive en función de eso. En el caso de la juventud, tal vez sea un poco más grave porque serán los que van a heredar la emergencia actual. Y no veo mucho movimiento por su parte».

¿Cree que la Universidad de La Laguna tiene que tomar medidas para regular el mal uso del agua? «Desde mi punto de vista pienso que en la ULL no se hace un desperdicio  de ella. Lo que sí me consta, es que la institución está preocupada por la sostenibilidad. Y yo al menos en mis clases intento hablar de este tema. Sería bueno hacer un trabajo más profundo en ese sentido y también incluso que el profesorado universitario hiciera más esfuerzo de divulgación, aunque a veces tengo la sensación de que estoy predicando en el desierto porque no hay respuesta social a lo que yo digo».

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