Los dispositivos digitales se manifiestan hoy en día como una extensión de nuestra anatomía. Nunca falta uno de ellos en la mano de cualquier persona, pero es la juventud la que más uso hace de ellos gracias a las redes sociales, según confirman los datos de un informe de Rastreator. Aplicaciones como Instagram, Tiktok o X son actualmente el escaparate de millones de jóvenes que sacan a relucir su mejor versión. Reflejan una imagen personal que se suele alejar de la realidad, la cual busca una constante aprobación ajena en forma de interacción virtual.
La incansable lucha por estar en la cima de la jerarquía social digital crea una dependencia que hace olvidar que hay que trabajar para desarrollar una autoestima interna sólida basada en el amor propio y la confianza personal. Esto genera unos patrones de conducta que derivan en problemas de salud mental. Asimismo, las redes sociales se utilizan para descargar odio y rabia, amparándose en la libertad de expresión.
«La mitad de la población española entre 12 y 17 años ha sufrido algún tipo de ciberagresión»
Es evidente que cada vez se hace un peor uso de las redes sociales. De hecho, no se pueden considerar plataformas seguras teniendo en cuenta que cada segundo encontramos comentarios en publicaciones que atentan a la integridad moral de las personas.
Según un estudio del Observatorio Social de la Fundación La Caixa, la mitad de la población española entre 12 y 17 años ha sufrido algún tipo de ciberagresión, mientras que el 9.5 %, ciberacoso. Además, según la Ley de Protección de Datos, solo quienes tienen más de catorce años son los que pueden crear una cuenta en redes sociales.
Es importante tener en cuenta que estos valores afectan a un sector de la sociedad que todavía se encuentra en pleno desarrollo cognitivo. Recibir una educación responsable en redes sociales es, hoy más que nunca, esencial para abogar por un enfoque equilibrado y consciente de su uso.