El grupo de investigación de Biología Marina de la Universidad de La Laguna (BOTMAR ULL) acaba de publicar en la revista Frontiers in Marine Science la primera publicación científica que describe el proceso de colonización de los deltas lávicos del Volcán Tajogaite. Estos nuevos hábitats marinos constituyen un laboratorio natural para estudiar procesos ecológicos difíciles de replicar en condiciones controladas, como puede ser la sucesión primaria de un ecosistema tras el cese de una erupción volcánica. Las observaciones demuestran que los peces han sido los más rápidos en ocupar este nuevo ecosistema, seguidos por los invertebrados y, más lentamente, las macroalgas.
La publicación está firmada por Carlos San Gil, Daniel Álvarez, Javier Reyes, Julián Rodríguez y Marta Sansón, que es la responsable del grupo BORMAL ULL. En estos procesos de sucesión primaria todas las comunidades de organismos parten de cero, puesto que colonizan un sustrato estéril, carente de cualquier forma de vida. En estas primeras etapas de evolución suceden eventos demográficos singulares, fruto muchas veces de la poca competencia e interacción entre especies. Como resultado, es posible encontrar en estos hábitats comunidades y poblaciones de organismos poco frecuentes o ausentes en los ecosistemas ya maduros.
El estudio analizó la evolución de las comunidades intermareales y submareales a los dos, cuatro, cinco y siete meses tras finalizar la erupción. Los muestreos incluyeron macroinvertebrados y algas en el intermareal, y peces, macroinvertebrados y algas en el submareal. Para testar y comprobar la trayectoria de este nuevo ecosistema, se eligió el delta lávico del Volcán San Juan como zona control de referencia.
Evolución del ecosistema
La colonización de las deltas ha sido rápida. El 64 % de las especies presentes en la zona control ya han llegado a las nuevas coladas. Debido a la creciente incorporación de especies, la complejidad de las comunidades ha ido incrementando progresivamente y todas han seguido la misma trayectoria: converger hacia comunidades similares a las establecidas en la zona control, aunque el ritmo al que han cambiado con el tiempo difiere según cada grupo.
Después de siete meses, los peces fueron los más rápidos, con diferencias pequeñas entre los deltas lávicos y la zona control. Tras ellos, las comunidades que más rápido han cambiado son las de los invertebrados, mientras que las comunidades de macroalgas son las que más lentamente están evolucionando.
Así, las diferentes comunidades de organismos se encuentran en distintos estadios de la sucesión, unas más avanzadas y otras aún en etapas primarias. Los peces han sido los más rápidos en llegar porque los adultos de zonas circundantes no afectadas por la erupción entraron a colonizar los deltas. Con los invertebrados, como las algas, la colonización ha sido vía aporte de larvas o diásporas aportadas por las corrientes, por lo que el proceso ha sido más lento.
Otra de las características de las sucesiones primarias es que en ellas suceden cambios en la composición específica de las comunidades, donde unas especies primocolonizadoras son sustituidas por otras finalistas de la sucesión. Este hecho solo se ha dado con las algas, mientras que en peces e invertebrados las especies que dominan en los deltas son las mismas que también lo hacen en los ecosistemas maduros no perturbados.
Acerca de las investigaciones
BOTMAR ULL realiza investigaciones en la zona de los deltas desde febrero de 2022 y hace unas semanas ha concluido la última campaña periódica de monitoreo. Desde que concluyó la erupción, el grupo ha realizado más de 150 inmersiones en la zona para el estudio de la colonización paulatina de estos hábitats.
Los estudios van mucho más allá de este trabajo recién publicado, ya que además realizan diferentes experimentos y muestreos con el fin de conocer los patrones de asentamiento de las especies y la estructura genética de las poblaciones que allí se están asentando. También mediante buceo técnico se realizan inmersiones para tomar datos a mayor profundidad donde el buceo recreativo no lo permite. En las últimas campañas se ha comenzado a estudiar las comunidades marinas establecidas en aquellos puntos donde se registran anomalías en el sistema del carbono y pH.