Hoy es un día duro. Ayer perdimos nuestro último partido de la temporada frente a Unicaja de Málaga (76-64). Tras forzar el empate en la serie el viernes (1-1), no pudimos con el equipo malagueño y conseguir el ansiado pase a semifinales. Ellos jugaron siempre muy duros, al límite de la falta y con un gran acierto desde la línea de tres puntos. Nosotros no tuvimos el día, pero nos vaciamos y luchamos hasta el último segundo del choque.
Dejando a un lado el encuentro de ayer, no puedo estar más orgulloso de mis compañeros y del gran año que han hecho. Para mí ha sido el curso más difícil de mi vida, pero ellos siempre han estado ahí para apoyarme y para demostrar lo buenos jugadores que son y, sobre todo, el gran equipo que formamos.
Con el tiempo valoraremos aún más esta gesta. Hemos conseguido por primera vez clasificarnos para la Copa del Rey y los Playoffs de la Liga Endesa y, especialmente, ganar la Basketball Champions League. Hemos puesto a Tenerife en boca de todos y obtenido respeto tanto en Europa como en España.
Ahora llega el momento de despedirse de compañeros y cuerpo técnico. Así es el deporte, el año que viene no podremos estar juntos. Siempre hay cambios, esperemos que sean los menos posible y que este bloque que hemos formado vuelva a dar muchas alegrías al Iberostar Tenerife.
De todas formas, el club sigue creciendo y ustedes los aficionados haciéndolo aún más grande. Han estado en todo momento a nuestro lado y consiguiendo que jugar en el Santiago Martín fuera una auténtico lujo.
Para mí el camino no se ha acabado aquí, tengo que seguir con la recuperación día tras día para llegar de la mejor forma posible a la pretemporada. Les seguiré contando mis progresos y mis andanzas.
Un fuerte abrazo y gracias de corazón. Lo dimos todo y nos vamos orgullosos, espero que ustedes también lo estén.
«Lo que nos hace grandes no es no fallar nunca, sino no darnos nunca por vencidos».