«El arte conforma mi mundo, mi actitud frente a la vida, mis acciones y mi forma de ser»
Fernando Larraz es un artista tinerfeño licenciado en Bellas Artes por la Universidad Politécnica de Valencia, en la especialidad de pintura. Desde muy joven sintió esa inquietud por el arte, sin embargo, en un comienzo su familia no veían bien que se dedicara al arte como forma de vida. Como consecuencia comenzó a estudiar Derecho, que lo compaginó con estudios de arte por la noche. Sus ganas y talento hicieron que su madre y su padre aceptaran que estudiase Bellas Artes. Convirtiéndose en uno de los artistas más talentosos y destacados del panorama nacional.
El arte es una disciplina inherente a las personas, una forma de expresión que ha evolucionado de la mano de la sociedad. La historia de Fernando Larraz es el ejemplo de cómo existen los prejuicios sobre el mundo artístico y cómo él personifica en su obra el verdadero significado de lo artístico, un medio de comunicación y expresión.
Cada vez más el arte cuenta con mayor relevancia a nivel social y cultural. No obstante, Fernando Larraz piensa que el conjunto de la ciudadanía canaria tiene una singularidad al respecto: «La sociedad canaria tiene un concepto de arte basado en el insularismo y el aislamiento. Además de un punto de vista de riqueza debido a la mezcla racial y al gran número de etnias y culturas que viven en las Islas. Lo que hace que sea un arte especial».
La mujer en el mundo pictórico
Larraz expresa que la figura femenina en el mundo del arte se ha visto censurada y relegada a un segundo plano. En su obra no hace distinciones de género, para él lo importante es lo que esas personas transmiten, sean o no conocidas. «La mujer ha sido la gran oculta y la gran desaparecida del mundo del arte por el machismo imperante», asegura Larraz.
Para el artista tinerfeño las mujeres están ocupando ya el lugar que merecen, pues «al principio solo eran un elemento decorativo más».
Las obras de Fernando Larraz no llevan título alguno. El artista que describe su obra como misteriosa, quiere que el público se deje llevar por su trabajo y las imágenes que él produce. «Mis obras no llevan título para dar un toque de misterio. Esos rostros que pinto, famosos o no, me han enganchado y quiero lograr eso en la audiencia, no pongo título para que las personas se rompan la cabeza», concluye.
