El Campus América 2022 continuó el pasado lunes, 10 de octubre, la programación de su tercera edición con el seminario Nuevas fronteras en la investigación antropológica sobre migraciones: personas, entidades y espacios de contacto, que tuvo lugar en el Salón de Grados de la Facultad de Economía, Empresa y Turismo. La jornada estuvo compuesta por cuatro conferencias para reflexionar y analizar distintas investigaciones antropológicas impulsadas en Latinoamérica y Canarias sobre la diversidad cultural, el territorio, la espiritualidad y las fronteras religiosas a través de los fenómenos migratorios.
El encuentro comenzó con la ponencia de la profesora invitada del CIESAS CDMX Ana Milena Horta, quien presentó la investigación etnográfica que realizó en el pueblo indígena iku o arhuaco del norte de Colombia. Durante su intervención, Horta explicó que el territorio, lejos de ser un espacio físico y delimitado, es «un tejido de relaciones recíprocas e interdependientes donde nadie vive en aislamiento porque todas las personas se necesitan para subsistir».
La docente incidió en el rol femenino y en la dimensión ontológica de las prácticas de cuidado de sus cuerpos que también influyen en una gobernanza del territorio que «no se limita a espacios públicos o prácticas deliberativas, sino que tiene que ver con lo íntimo y lo doméstico».
Diversidad cultural y espiritual
La segunda conferencia estuvo a cargo de Silvia Zelaya, coordinadora del seminario y docente del Grado de Antropología de la Universidad de La Laguna, que comentó los resultados de su primera experiencia de campo en la población mejicana de San José de las Flores hace más de diez años. Además, expuso los objetivos del proyecto: el conocimiento de la situación de las comunidades rurales de la Sierra Gorda de Querétaro y su desarrollo sostenible.
Al mismo tiempo, la ponente recordó los distintas problemáticas con las que tenían que lidiar las familias campesinas que tras ser definidas como «una población con altos grados de marginación y pobreza», recibían desde finales de los años noventa, programas y proyectos sociales que buscaban revertir la situación. «Sin embargo, hasta ese momento, los resultados no parecían demasiado alentadores y todas las conversaciones sobre el tema terminaban desembocando en la cuestión migratoria o en alguna clase de ausencia», manifestó Zelaya.
Para finalizar el seminario, la doctora en Antropología y docente de la Universidad de la Universidad de La Laguna Grecy Pérez, centró su ponencia en la Antropología de las Religiones mediante un análisis de la ritualización y de los usos simbólicos del territorio.
En cuanto al impacto de los fenómenos migratorios en la pluralidad de religiones y etnias, Pérez subrayó el resultado de una estrecha relación entre Cuba y Canarias que ha ido construyendo creencias minoritarias en el Archipiélago donde hoy en día «siguen existiendo estereotipos sobre las prácticas que realizan estas personas, sobre todo en su interacción con el medioambiente y en la percepción del uso de los espacios compartidos donde confluyen distintos conflictos».
En esta línea, Juan Carlos Rosario, profesor de la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba, concluyó la jornada examinando la relevancia del culto de la Virgen de la Caridad del Cobre y los procesos migratorios entre Cuba, Estados Unidos y Canarias que derivaron en la construcción de espacios religiosos en las Islas como la Ermita de la Caridad del Cobre en Tenerife, Gran Canaria y La Gomera. «El culto insular adquiere otra forma a través de la experiencia y el drama que trae aparejada la migración y el parentesco transnacional», zanjó el docente.