Ángel Martín actuó este domingo, 2 de octubre, en el Aula Magna del Aulario de Guajara dentro de la programación del Festival Soplo de Letras. El evento impulsado por la asociación cultural UvedeVida trajo a la Universidad de La Laguna el show #103 noches. Comenzó a las 18.30 horas en un recinto con aforo completo y dispuesto a disfrutar de una tarde de humor. El catalán fue bienvenido con una calurosa acogida que se prolongó en dos minutos de aplausos.
Este reconocimiento le sirvió para bromear sobre terminar su monólogo tras ello. El cómico, que comentó que era su primera vez actuando en una Universidad, continuó preguntando a la asistencia si había acudido porque salía en la tele o porque se volvió loco, aunque él mismo resolvió la duda: «Es la clase de espectáculo que consigue que la persona con la que habéis venido se esté callada un rato».
A raíz de la ovación, aprovechó para hablar sobre la pandemia y recordar la sincronización de los seres humanos para reconocer el trabajo del personal médico a las 19.00 horas. «Me pareció brutal y sin necesidad de comunicados ni nada. Ya la de poner el intermitente está costando más», agregó. Además, incidió en una frase que «ha dicho todo el mundo» y que provocó un estallido de risas: «Nadie estaba preparado para esto». Cuestión que sirvió de pretexto para justificar todas las acciones.
Martín orientó el monólogo hacia un proceso de madurez que asimiló cuando «llevaba una semana metiéndome en la cama a las 22.30 horas porque estaba cansadito. No cansado, cansadito. El matiz es importante». Esta fase le cogió de llenó en la entrada a la crisis de los cuarenta que para él consiste en «creer que todas las decisiones que has tomado a lo largo de tu vida estaban mal y quieres morirte. Pero en cuanto lo descifré dije bueno, puedo seguir con mi vida».
Más de quince años de carrera profesional dan para mucho. Durante ellos, Ángel Martín se ha encontrado a diversos tipos de personas que le paran por la calle. Desde quienes confunden su nombre hasta quienes le preguntan si es famoso y se autoresponden con tono altanero. Como colofón, no quiso marcharse sin explicar su tesis sobre la presencia de robots en nuestra sociedad, argumento que sustentó en un malentendido con una florista que «contestaba de modo automático» tras el regalo de un ramo a su novia a nombre de su perro.
Tras abandonar el escenario, un emocionado Martín se sinceró con las personas asistentes. «Es muy complicado empezar a organizar giras, que la gente acuda y conectar de esta forma». Asimismo, quiso dejar un mensaje final de agradecimiento por el gran recibimiento que ha tenido tanto su espectáculo como su libro y los informativos matinales. «Quiero que sepan que soy muy consciente de que todo lo conseguido es gracias a ustedes», concluyó.
Esta crónica ha sido realizada de forma conjunta con Lucía Rodríguez.