El uso masivo e inadecuado de antibióticos durante la pandemia hizo que las bacterias evolucionaran y desarrollaran su resistencia a estos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que esta resistencia continúa creciendo, lo que se traduce en una notable reducción de las opciones de tratamiento de enfermedades. Asimismo, aumentará la ineficiencia de muchos antibióticos habituales, por lo que será necesario desarrollar de medicamentos más potentes.
Las superbacterias son cepas de bacterias resistentes total o parcialmente a los antibióticos y medicamentos con los que se suelen tratar infecciones y enfermedades. En la actualidad son las responsables de 700 mil muertes anuales y la OMS estima que en los próximos años esta cifra podría aumentar notablemente a raíz de la crisis sanitaria asociada a la pandemia.
Eduardo Pérez, profesor de microbiología en la Universidad de La Laguna (ULL), afirma que «la dispersión de estas bacterias multirresistentes o superbacterias es un gran problema sanitario, principalmente cuando causan infecciones en pacientes vulnerables». Esto puede ocasionar graves problemas, en muchas ocasiones dichas infecciones no tienen ninguna alternativa de tratamiento efectivo.
Estos microorganismos tienen factores genéticos que los hacen más virulentos, es decir, tienen mayor capacidad para producir infecciones graves. La suma de patogenicidad y multiresistencia hacen que las superbacterias sean muy problemáticas, por lo que podrían suponer una amenaza para el sistema sanitario.
El aumento de la aparición de bacterias resistentes a los antibióticos se atribuye a la automedicación
Según la OMS, la automedicación genera cierta debilidad en el organismo, lo que produce la pérdida de su capacidad para combatir infecciones o contagios. Además, también provoca que los microrganismos desarrollen resistencia a los medicamentos, lo que podría desembocar en epidemias de superbacterias. Por esto, los antibióticos deben utilizarse únicamente cuando están indicados y bajo prescripción médica. Asimismo, en caso de ser necesarios, estos deben tomarse correctamente y en las dosis adecuadas.
Pérez asegura que «la automedicación contribuye a la aparición de superbacterias, ya que puede llevar a que un antibiótico sea utilizado cuando no está indicado, en dosis no efectivas y durante un tiempo inadecuado». Además, esta práctica ayuda a seleccionar a las bacterias resistentes, lo que según este biólogo favorece que se hagan predominantes. Para evitar que estas bacterias predominen y se dispersen se recomienda hacer un uso correcto de los antibióticos siguiendo las pautas fijadas.
Algunas de las denominadas superbacterias se transmiten por contacto directo, por ejemplo, a través de las manos, que podrían ser portadoras de estas.
La crisis sanitaria provocada por la COVID-19 benefició la aparición de bacterias resistentes a medicamentos
En los comienzos de la pandemia hubo un enorme desconocimiento con respecto al tratamiento de la Covid-19, por lo que se disparó el uso de antibióticos. Sin embargo, estos medicamentos se caracterizan por combatir las infecciones bacterianas, por lo que son ineficaces frente a virus como el SARS-CoV-2. Esto benefició la evolución de las bacterias hacia la inmunidad frente a este tipo de medicamentos utilizados incorrectamente. En este sentido, el profesor apunta que «una mayor concienciación de todos contribuirá, sin duda, a evitar el empeoramiento de la grave situación actual».
La OMS advierte de que si continúa la aparición de superbacterias se corre el riesgo de que, en un corto periodo de tiempo, las infecciones más comunes dejen de tener tratamientos efectivos. «Considero la resistencia a los antibióticos una pandemia silenciosa, que se debe tener en cuenta si queremos alcanzar su control antes de que sea imposible volver atrás», advierte el profesor Eduardo Pérez.
