A escasos minutos de las 21.00 de la noche del domingo 9 de abril, casi 18 000 personas aguardaban ansiosas, en el Palau Sant Jordi, la salida de Ed Sheeran al escenario. Tras su primer concierto en la capital española, el cantante británico visitó Barcelona como destino de la gira mundial de su tercer disco, Divide. Una ciudad que fue fiel al artista y en la que se agotaron todas las entradas disponibles para el evento.
El pabellón abrió sus puertas a las 18.30 horas, dando paso a los espectadores media hora antes de la actuación de los teloneros. Ryan Mcmullan ocupó el escenario durante los primeros treinta minutos. Posteriormente actuó Anne-Marie, hasta las 21.00 horas, con éxitos como Rockabye, que animaron a los asistentes tras horas de espera. La cola, a las afueras del recinto, empezó para algunos fanáticos dos semanas y media antes del concierto, lo que les aseguró un buen sitio en la parte delantera de la pista. Poco a poco fue acudiendo más gente hasta rodear por completo la avenida. A la 13.00 del mediodía el número de aficionados superaba los 800.
Cuando las lucen iluminaron el escenario y los acordes de Castle on the hill comenzaron a sonar en el recinto, la afición enloqueció. Ed Sheeran dedicó a su público durante casi dos horas seguidas sus 18 mejores canciones, en su mayoría del último álbum. Guitarra en mano y haciendo sus propios coro, interpretó, con tantos sentimientos como de costumbre, grandes éxitos como Thinking out loud, I see fire, de su disco X o The A team, de +.
Sin duda, uno de los temas más esperados y que levantó más revuelo y emoción entre los presentes fue Barcelona que, pese a no ser una de las canciones más populares de su último trabajo, fue acogido con algunos de los gritos más ensordecedores de la noche, tal y como era de esperar en la ciudad que da nombre al hit. También destacaron de su nuevo sencillo Perfect, Galway Girl, Happier y Eraser, entre otros.
Se avecinaba casi el final de la velada cuando el músico de 26 años decidió regalarle a su público uno de los single más ansiados, Shape of you, que cantó con tanta pasión que hizo saltar las lágrimas de muchos de los presentes. Finalmente, puso punto final entre sonrisas y emoción con el tema Sing, animando al público para que le acompañaran con sus acordes. Despidió así a una afición que hubiera continuado saltando y cantando con sus linternas iluminadas durante toda la madrugada al son de su música.