El pasado 24 de marzo tuvo lugar el IV Foro Benito Reverón Palenzuela sobre Música y Derecho en la Sección de esta disciplina de la Universidad de La Laguna. El congreso se celebra en honor al profesor que le da nombre, ex decano de esta Facultad y magistrado de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife, fallecido el 27 de marzo de 2017.
Óscar Santana, miembro de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), protagonizó la conferencia. Comenzó hablando del organismo al que pertenece, encargado de tratar los asuntos relacionados con los derechos de autor. Afirmó que, a pesar de tener el título de Sociedad, no funciona como tal. «Es más bien una asociación con calidad de ONG, cuya función es gestionar el trabajo de los artistas a cambio de una comisión», explicó.
Santana alertó de la incidencia de las nuevas tecnologías en la gestión de la propiedad intelectual, elaborando una comparación entre la era analógica y digital. Según cuenta el ponente, en la primera, las copias que se realizaban siempre eran de segundo nivel, de peor calidad que la original. Sin embargo, con la llegada de Internet, se distribuyen copias idénticas sin que se pueda controlar.
«Al artista no solo se le paga cuando vende su música; también cuando realiza un concierto o sale su música en la televisión»
Santana apuntó que para algunos, esto puede parecer una democratización de la cultura, pero para él no es un método del todo efectivo. “¿Qué hay de la democratización de los estudios, de la compra del supermercado o de la hipoteca? Al final de todo, es el autor el que pierde», aseveró.
Además, vinculando el mundo de la música con el Derecho, Santana aseguró que la velocidad de expansión del mundo digital no ha ido a la par del desarrollo legislativo. «La meta a conseguir es equilibrar los beneficios de la industria de la música con los que recibe el autor», propuso. Además, también se ha producido un cambio en el ámbito de los reconocimientos que reciben los artistas por sus álbumes. Siguiendo lo explicado por el ponente, antes para que un disco fuera considerado ‘de oro’ tenía que vender 50000 copias; ahora solo 15000. Sin embargo, Santana añadió que «al artista no solo se le paga cuando vende su música; también cuando realiza un concierto o sale su música en televisión».
Según los datos de la SGAE, una empresa tan importante como Apple Music solo paga 0’0069€ al artista por canción. Otros medios de streaming, como Spotify o Youtube, 0’0041€ y 0’0007€, respectivamente. «Estas cantidades son tan ridículas que para que el autor consiga algo de dinero las reproducciones tienen que sumar mínimo 6€, si no, no resulta rentable dicha transacción», afirmó. «Vivimos en una sociedad egoísta. Mientras yo tenga mi música gratis en el móvil, todo está bien”, concluyó Santana.