María Dolores Baena Cuadrado es decana de la Facultad de Educación de la ULL desde febrero de 2016. Un año después de empezar a ocupar el cargo se siente satisfecha por los cambios logrados. Admite que cumplir con todas las expectativas en 365 días es complicado, pero espera poder alcanzarlas durante el resto de su mandato, como, por ejemplo, reformar la fachada del histórico y deteriorado edificio de Magisterio.
¿Cómo ha vivido este primer año de mandato y responsabilidad? «El primer año ha sido muy complicado, sobre todo teniendo en cuenta que la Facultad de Educación es el centro con más alumnado, profesorado y departamentos diferentes de toda la Universidad de La Laguna. En este primer año he aprendido mucho en muy poco tiempo y es importante contar con un equipo adecuado, distribuir bien las tareas y trabajar en un proyecto común que contagie al resto de la comunidad universitaria. He apostado por la cultura de la participación, democracia, transparencia y confianza, pero romper con ciertas costumbres es difícil».
¿Ha percibido cambios durante este período? «Ahora que ya ha pasado el primer año, mi equipo y yo nos sentimos afortunados por los cambios que hemos conseguido, como la realización de actividades donde se integra a profesorado, alumnado y personal de Administración y Servicios. Son cambios tangibles, que se pueden cuantificar y cambios en el clima y ambiente laboral y social, por lo que estamos bastante satisfechos».
«He apostado por la cultura de la participación y democracia, pero romper con ciertas costumbres es difícil»
Al afrontar el mandato, declaró que estaba «ilusionada con mejorar la Facultad, especialmente en lo relacionado con la calidad educativa y la innovación docente». ¿Ha logrado cumplir con esas expectativas? «Con todas las expectativas no, pero espero que en tres años sí. Hemos trabajado mucho en este término de calidad educativa. En el mes de febrero pasamos la acreditación de los títulos, estuvimos con la visita de los expertos externos de la ANECA (Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación), pero nosotros no nos conformamos solo con evaluar la calidad en términos burocráticos. Intentamos reavivar las comisiones de curso, donde participan el profesorado y el alumnado, las comisiones de docencia, la modificación del Reglamento del Régimen Interior de la Facultad o diagnosticar los problemas que surgen en las comisiones de los distintos grados aportando soluciones».
¿Cuál es la labor de la Comisión de Calidad? «La Comisión de Calidad realiza una labor estupenda, pues revisan las guías docentes y la calidad docente de las propuestas. También hemos potenciado los proyectos de innovación que ya existían pero los apoyamos recibiendo ponentes que colaboran con los grupos de innovación. Además, hemos participado en las convocatorias del Vicerrectorado de Docencia con cursos de mejora de la calidad de la enseñanza. Ahora vamos a empezar con un proceso de modificación de los títulos, mediante un estudio previo, para innovar y mejorar».
«La adecuación de las infraestructuras supone luchar con la montaña más alta»
Uno de sus deseos era adecuar las infraestructuras del centro y satisfacer la necesidad de un nuevo espacio para lograr una vida académica y laboral en mejores condiciones. ¿Ha sido posible conseguir estos cambios? «Estamos haciendo posible algunas cosas, pero esto supone luchar con la montaña más alta. Como todo el mundo sabe, la Facultad de Educación no tiene un edificio nuevo. Conforme ha ido pasando el tiempo contamos con menos espacio, pues en el Edificio Central se encuentran varios servicios del Rectorado y vicerrectorados. Lo que hemos hecho es ir dispersando el espacio que tenemos: los módulos A, B, C, D y anexos al módulo D. Dentro de nuestras posibilidades, intentamos que sea un espacio laboral y académico agradable, aunque si le preguntamos al alumnado seguirá quejándose de la falta de enchufes en las aulas, pero eso no podemos arreglarlo hasta que cambien los sistemas eléctricos. Aunque las aulas sean viejas y estén deterioradas, hemos cambiado todas las ventanas, persianas, mobiliario… Hemos actualizado la señal wifi…».
¿Y para cuándo la reforma del edificio de Heraclio Sánchez? «Estamos pendientes de reformar la fachada del Módulo A, que, como todo el mundo sabe, está muy deteriorada. Nos hemos comprometido a hacerlo este año. También se está haciendo un mapa de los espacios que tenemos que mejorar, en el que se encuentra el salón de actos, lugar de muchos eventos que no solo son de la Facultad de Educación. Estamos instalando ordenadores en las aulas porque hasta ahora el profesorado tiene que llevar el suyo para poder proyectar y terminando de colocar los cañones. Son cosas simples que otras facultades ni piensan que es una necesidad, pero para nosotros sí. Aquí todo es muy lento».