Los videojuegos nacieron como un medio de ocio, una forma única de diversión para disfrutar solo o con amigos. Ha sido esto último, algo que ha evolucionado en gran medida, pasando de ser necesario dos mandos y la presencia de ambas personas en una misma sala, al desarrollo del juego online y de servidores multitudinarios, siendo posible jugar con cientos de personas a la vez. El modo cooperativo o multijugador es todavía más vigente en nuestros tiempos, donde el contacto físico está limitado y donde nos encontramos muchos lejanos de nuestros allegados.
La proliferación de los juegos multijugador como una moda durante este año 2020 ha sido gigantesca, algunos títulos como Fall Guys, los shooters como Call of Duty, o el siempre popular Minecraft han sido buenas plataformas para compartir tiempo con otros jugadores en línea. Sin embargo, ninguna de las anteriores alcanzó la repercusión a la que llegó Among Us, que rompió récords de descargas superando los 100 millones de descargas entre Steam y Play Store, y de viewers en sitios web como Twitch o Youtube.
Una parte de la magia de los videojuegos está en la facilidad que tienen para acercar a usuarios a través de sus mundos, de permitirles vivir experiencias y sentimientos conjuntos aún sin estar uno en presencia del otro. Claro, esto no supone un reemplazo del calor humano, pero sin duda supone un gran alivio el poder compartir momentos con otros.
Los videojuegos son, según la OMS, una buena salida para aliviar el estrés, y recomendó esta práctica durante el confinamiento. Por supuesto, todo en exceso es perjudicial, por lo que mantener un equilibrio con otras actividades son también una necesidad para mantener una buena salud física y mental en estos tiempos complicados.