El poeta canario Tomás Morales. Foto: PULL

‘Vacaciones sentimentales’

Literatura

El poemario Vacaciones sentimentales del poeta canario Tomás Morales está conformado por diez poemas cortos que se relacionan entre sí para evocar los recuerdos del autor y transformarlos en versos que tienen la capacidad de tocar a quien lee, transportándole a un pasado que, a pesar de no ser el suyo, reúne elementos comunes que nos permiten gratamente sentirnos familiarizados con los sucesos. Y es que la nostalgia tiene un mismo aroma que todos podemos reconocer con facilidad, siendo el escritor capaz de hilar con maestría pequeños fragmentos diferentes entre sí, pero que cuentan una historia cohesionada.

La fuerza que rezuma cada texto nace del valor emotivo del que se dota al escenario. Pero más allá de descripciones, son las reflexiones versificadas que el autor coloca en los momentos justos que hace que nos distanciemos de nuestra propia persona y acabemos recordando algún ser querido o alguna relación espontánea, de esas que el tiempo borra a menos que se den ciertas condiciones para que se aviven las llamas del pensamiento y vuelvan aflorar aquellos sentimientos gratos que el cuerpo ha guardado de forma inconsciente.

IX

Cuando mi alma interrogo sobre el ensueño ido

y viene a mí el encanto de aquella buena hora:

entre cara brumosas empañadas de olvido

hay una, que recuerdo cual si la viese ahora.

Fue nuestro buen amigo; sus miradas errantes

daban a sus pupilas una visión inquieta,

y por sus aficiones todos los estudiantes

llamábanle, con tono desdeñoso, el poeta.

 

El uso de los recursos estilísticos es magistral, siendo cada verso un pequeño engranaje que se conecta con el siguiente hasta quedar prendados del último que compone la estrofa, pues este siempre mantiene un suspense de emociones tras el agradable cierre de la composición que va creciendo con el siguiente sin caer en tópicos ni bajones y manteniendo un aire de ensueño que, de forma sorprendente, dota al escrito de un carácter real.

La atmósfera recreada es comparable al de las composiciones clásicas, siendo clara la inspiración romántica a los lugares ideales donde la naturaleza se tornaba en un paraíso que se desdibujaba de la realidad. A pesar de que los sucesos que transcurren se muestran verídicos, es fácil imaginar que son fruto de la imaginación del poeta, pues retrata historias que pueden sucedernos a cualquiera de nosotros como si fueran hechos de leyenda.

I

Cortijo de Pedrales, en lo alto de la sierra,

con sus paredes blancas y sus rojos tejados;

con el sol de otoño y el buen olor a tierra

húmeda, en el silencio de los campos regados

 

Tomás Morales no solo consigue con esta obra elevar su poesía al Olimpo literario de las Islas Canarias, sino que se gana un hueco en el escalafón de los grandes poetas españoles, sin importar lo reconocido que esté por el público general. Una pieza maestra que dificulta la vida a la persona lectora, pues encontrar poemarios que puedan dar el mismo disfrute es una ardua tarea en la que apenas hay pretendientes.

"Yo quiero escribir sobre el placer de dar una puñalada en una noche de lluvia, la locura del alcohol en la sangre y el miedo dulce que me reconforta”. Felix Francisco Casanova de Ayala

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