David González es un joven escritor de la isla de Tenerife. Este miércoles, 22 de julio, publicó la versión en papel de su segundo poemario titulado Todo lo que pienso lleva alas. Se trata de sesenta y nueve poemas que escribió durante el periodo de confinamiento y que vieron la luz el pasado 27 de mayo en Amazon, plataforma en la que se colocó durante una semana en la lista de los 25 libros de poesía más vendidos. El autor, nacido en 1993, también es graduado en Periodismo y experto en Comunicación, Marketing e Imagen de marca.
En primer lugar, enhorabuena por la publicación de este segundo libro. ¿Está contento con la acogida que está teniendo? «¡Muchas gracias! Sí, siempre agradezco enormemente que la gente dedique parte de su tiempo en leer lo que escribo o en compartir lo que hago. Ya sea una persona o quinientas. Que lo hagan, en un mundo tan saturado de información y estímulos constantes, es una suerte. Así como que haya quienes se interesen y te elijan para evadirse por un momento de este mundo agitado».
¿Esperaba posicionarse en el puesto 25 de los libros de poesía más vendidos de Amazon Kindle? ¿Qué sintió al enterarte? «Para nada. No sabía siquiera que Amazon hacía listas de sus libros más vendidos divididos por categorías. Cuando me enteré, fue una verdadera sorpresa. Aunque solo haya estado una semana en ese top 25, para mí fue todo un honor y un regalo».
¿Cuándo decidió dedicarse a la escritura? «No fue una decisión que tomara a conciencia hasta el punto de decir ‘voy a dedicarme a esto’. De pequeño me encantaba inventarme historias, me pasaba el verano escribiendo y dibujando los personajes en mis libretas, y esa ilusión por crear fue avanzando y madurando con el paso de los años. Mi sueño era publicar un libro y, después de algunos intentos fallidos durante mi adolescencia, con 25 años, por fin, lo cumplí. En 2018 publiqué Diez años y el vivir, donde escogí la poesía para contar una realidad que todavía hoy sigue siendo desconocida: la experiencia de salir del armario. La acogida tan buena que tuvo ese poemario hizo que confiara aún más en lo que hago y me ha ayudado a seguir escribiendo con mucha más pasión de lo que ya lo hacía. Nunca he tomado la decisión de dedicarme a la escritura, siempre he escrito y continuaré haciéndolo. No entendería otra vida que no fuera así».
«El único lugar donde somos libres se encuentra en nuestra mente»
¿Ha sentido el apoyo de su entorno todo este tiempo? «Al principio, la gente más cercana, algún familiar, no me tomaba demasiado en serio y me aconsejaban no tener prisa por publicar. Y es cierto, el escritor nunca debe apresurarse por crear nada y tiene que armarse de muchísima paciencia cuando comienza el proceso de publicación de una obra. No obstante, cuando fueron conscientes de la confianza que depositaba en lo que escribía, entonces, también confiaron. Ahora no paran de preguntarme cuándo pienso sacar el siguiente libro».
Volviendo al poemario, dice que lo escribió para contar la posibilidad de sentirse libre libre y en paz durante el confinamiento. ¿Cómo justifica esa paradoja? «El único lugar donde realmente somos libres se encuentra en nuestra mente. Este es un pensamiento que ya había tenido antes de que ocurriera todo esto de la pandemia y que he terminado de corroborar viviendo el confinamiento. La libertad, a pesar del yugo de la sociedad, de cualquier tipo de discriminación o de la pobreza, en última instancia, es un estado mental. Y es libre quien sabe quién es, se ama y vive en paz con el resto y, sobre todo, consigo mismo».
Ha basado sus poemas en la poesía naturalista. ¿Por qué? «Siempre escribo lo que me nace y procuro no obligarme a contar nada que no quiera o hacerlo con un género que esté de moda y venda. Trato de ser fiel a mí mismo en todo momento. Este es el porqué de la poesía naturalista. Ya avanzada la cuarentena, dejé de escuchar noticias que solo hablaban de polémicas, partidos políticos, críticas, mil opiniones en redes sociales… y, simplemente, me dediqué a observar desde mi ventana. Cómo cambian de forma las nubes, el vuelo de los pájaros, las copas de los árboles que se hacían cada vez más grandes hasta descansar en las fachadas de algunas casas… Se aprende mucho de la vida y de uno mismo con solo observar y entender la naturaleza de nuestro entorno».
¿Con qué le gustaría que se quedaran aquellos que lo lean? «Prometo que hay libertad en cada poema y se consigue si se releen».
«Tenemos una sociedad llena de miedosos y miedicas»
De las 69 piezas que componen su obra, ¿qué poema es el más especial? «No entiendo este libro como un puñado de poemas que hablan sobre algo, sino como un conjunto unificado que cuenta una experiencia. Por eso, me es imposible elegir un solo poema. Sí te puedo decir que hay momentos en la lectura de este conjunto (del poemario, en sí) que me resultan más interesantes, pero varía en función del día o del estado de ánimo. Por eso invito a que se haga una segunda lectura, como mínimo».
Dice en uno de ellos que cuando el hombre se confina se conoce a sí mismo. ¿Cree que la gente se dedica poco tiempo? «A estas alturas, son afortunados los que se interesan en sí mismos y aceptan lo que son. Generalmente, requiere paciencia y hacerse muchas preguntas. Para responderlas, hace falta tiempo y valentía. Pero la gente parece muy ocupada obviando sus vacíos y, al final, tenemos una sociedad llena de miedosos y miedicas. La diferencia es que los primeros quieren dejarse ayudar y los segundos transforman su miedo en odio. E incluso crean partidos políticos».
¿Trata de promover en su nuevo poemario que las personas reflexionen más? «Creo que es algo que pretendo con todo lo que hago. Suelo llevar a cabo muchos procesos de reflexión cuando escribo. Leer y escribir tienen mucho de entender lo que nos rodea y también de autoconocimiento. Me gusta animar a la gente a que reflexione porque a mí me ayuda a estar en paz y quiero que el resto también lo esté».
¿Qué significa para usted esta obra? «Ha sido una oportunidad para seguir confiando en lo que escribo y es un punto de inflexión en mi camino como escritor. Cada vez tengo las cosas más claras y sé que la poesía me acompañará muchos años».
«Identifico parte de mi vida con la obra de Lorca»
Como graduado en Periodismo, ¿piensa que la prensa debería adoptar un ritmo menos frenético y más cautela a la hora de informar? «Somos esclavos del tiempo, de eso no hay duda. Estamos mal acostumbrados, queremos todo de hoy para ayer. Por culpa de esto, muchas informaciones están incompletas y la prensa se llena de medias verdades, a menudo buscadas por terceros intereses… La prensa y la comunicación, en general, podrían hacer un mundo más sano bajando un par de marchas. Si no lo hacen, quizá sea porque no tienen el poder ni la libertad para hacerlo, ¿no? Quien lo tenga, tampoco le interesa nuestra salud ni la del planeta».
Y la poesía, ¿cómo la definiría? «El sueño del hombre despierto. Tampoco son mis palabras, porque ninguna nos pertenece».
¿Cuáles son sus referentes en este género? «A Lorca lo llevo en el corazón, salvando las distancias y a pesar de los contextos, identifico una parte de mi vida con su obra. Me gusta mucho María José Alemán, poetisa canaria, Cortázar, Emily Dickinson y otros autores que me han inspirado mucho en este poemario, como Basho o Kaneko Misuzu».
¿Está trabajando en futuros proyectos? «Sí, llevo casi dos años escribiendo lo que iba a ser mi segundo libro hasta que Todo lo que pienso lleva alas se le adelantara (no lo preveía como parece que nadie tampoco previó la pandemia). Así que, ahora, será el tercero. No tengo prisa por acabarlo y quiero dedicarle tiempo para que la obra no solo se quede sobre el papel… Además de esto, suelo colaborar con otros artistas en otros proyectos. Todo lo voy contando en mis redes (@soyDGM), por si quieren seguir lo que voy haciendo».