La Facultad de Fisioterapia de la Universidad de La Laguna (ULL) acogió ayer la charla impartida por Enfermeras para el mundo (EPM). Es una organización no gubernamental (ONG) cuyo propósito radica en conseguir un acceso libre, equitativo y necesario a la salud en aquellos países en vías de desarrollo como son Niger, Malí o Burkano Faso.
Raquel Villalobos, representante de la asociación, fue la encargada de explicar su labor, que se halla sustentada en el esfuerzo del voluntariado y permite la realización de proyectos de tal envergadura. El objetivo del coloquio se dirigió a analizar la situación sanitaria de las mujeres y el gran peso que recae sobre ellas, bien por cultura o por economía. Estas variables suelen ser las causantes de una mortalidad notable.
La representante de Enfermeras por el mundo recalcó todo el trabajo que queda por hacer en muchos países y, por otro lado, la necesidad de cumplir la Agenda 2040 para que “la pobreza no tenga rostro de mujer”. La conferencia, además, se apoyó en Nuria Rodríguez y Cristina Bravo, dos enfermeras tituladas que han participado en proyectos de voluntariado internacional.
Durante la tarde, EPM explicó las pésimas condiciones donde se encuentran multitud de mujeres en el proceso de gestación. Muchas veces, no se realiza un seguimiento necesario del embarazo ni se aportan unas medidas cautelares básicas en el momento del parto. “Principalmente, nos centramos en los países subsaharianos ya que poseen el IDH (Índice de Desarrollo Humano) más bajo, y su vulnerabilidad obliga a este tipo de organizaciones a actuar», recalcó Villalobos en su intervención.
El arma eficaz de esta organización reside en sus voluntarios y en el compromiso como colectivo. La ejecución se traslada en una oferta de cursos de formación en dichos países si bien les intentan prestar toda la ayuda posible y necesaria. Nuria Rodríguez dice haber vivido «una experiencia mágica y valiosa» en su voluntariado internacional.
Esta conferencia, en definitiva, contó con voces marcadas por la experiencia que intentaron minimizar el miedo entre las nuevas generaciones de enfermeros para una posible colaboración en el futuro, ilustrándolo como un primer paso necesario e inevitable a la hora de comenzar una aventura de tal calibre.